30.12.18

Años Bisiestos no bisiestos...


Los astrónomos han observado que entre dos equinoccios de primavera hay 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, o sea: 365, 242199 días.

Sosígenes de Alejandría había medido el año, en el siglo I a. C., en 365,25 días con un error de 11 minutos y 14 segundos.

Julio César
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Julio César, a mediados del siglo I a. C., introdujo el calendario juliano que pondría remedio a los años de 365 días.

Tras tres años de 365 días habría un año bisiesto con 366 días. Esto dejó la duración media de un año en 365,25 días, durante los 1500 años posteriores a la implantación del año juliano.

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Origen de los nombres de los meses del AÑO
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A finales del siglo XVI los dirigentes de la Iglesia Católica ya no estaban dispuestos a pasar por alto el error de añadir  11 minutos y 14 segundos  anualmente. Los consejeros del Vaticano, Luigi Lilio y Christopher Clavius, calcularon que, tras mil años, se sumarían 8 días. Por tanto, en unos "escasos" 12 mil años: la Navidad caería en otoño y la Semana Santa en pleno invierno.

Dado que a la Iglesia le gusta pensar a largo plazo, esas imprecisiones resultaban inaceptables.

El Papa Gregorio XIII meditó seriamente sobre el tema y concluyó que el año juliano era demasiado largo...

Papa Gregorio XIII
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Para compensar la inexactitud, el Papa decidió ajustar el calendario saltándose algunos años bisiestos. Cada 25 años bisiestos el día extra añadido por Julio César sería cancelado.

El mes de febrero (que era el duodécimo mes del año tras ser añadidos dos meses al año de 10 meses romano) fue el candidato natural a incorporar o no, el día extra.

Fuente imagen  meses del año
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Y así, el mes de febrero del último  año de cada siglo, es decir el año divisible por 100, solo tendría 28 días aunque fuera bisiesto. Los años bisiestos a los que se les eliminó el día extra son ahora años bisiestos no bisiestos. Por tanto, cada siglo tendría 75 años de 365 días, 24 años bisiestos de 366 días y 1 año bisiesto no bisiesto con 365 días.

Sin embargo no se solucionó el problema porque ahora se quedaba corto, por poco, pero corto. Se requería una nueva adaptación. El Papa y sus consejeros hincaron los codos de nuevo y tuvieron una genial idea...recuperar el año bisiesto cada cuarto bisiesto no bisiesto!!!. Así se cerraría el círculo, y los años divisibles por 400 se convirtieron en bisiestos no bisiestos bisiestos!!!

Dado que el año 1600 estaba a la vuelta de la esquina, se declaró que ese sería el primer año bisiesto no bisiesto bisiesto. El siguiente sería el año 2000.

Años bisiestos no bisiestos: 1700, 1800, 1900, 2100,...

Años bisiestos no bisiestos bisiestos: 1600, 2000, 2400,...

Ahora la duración media de un año era de exactamente 365,2425 días.

Pero como ya habréis imaginado resultaba un pelín largo el año. A estas alturas el Papa Gregorio estaba harto. La Iglesia aceptaba la inexactitud de 26 segundos al año, que provocaría tener un día extra cada 3322 años.


Llegados a este punto se habían solucionado las imprecisiones futuras...pero aún quedaba resolver las del pasado calendario juliano. El Papa Gregorio lo resolvió de un plumazo, un golpe de ingenio, en 1582 simplemente borró 10 días del calendario. Así que al jueves 4 de octubre de 1582 le siguió el viernes 15 de octubre de 1582. Y de paso demostró al mundo quién era el verdadero jefe sobre la faz de la Tierra...


Clavius, Christoph, Romani Calendarii A Gregorio XIII. P. M. restitvti explicatio S. D. N. Clementis VIII. P. M. Ivssv edita : accesit confutatio eorum, qui Calendarium aliter instaurandum esse contenderunt, 1603

Pero los países no católicos no tenían ninguna intención de seguir los dictados del Papa.

La vigencia de dos calendarios dio lugar a situaciones singulares. El rey Guillermo III de Inglaterra zarpó el 11 de noviembre de 1688 desde los Países Bajos, para tocar puerto en Brixham el 5 de noviembre, puesto que Gran Bretaña y su imperio no adoptaron la reforma del calendario hasta el 2 de septiembre de 1752 (tuvieron que eliminar 11 días).

En Alaska el cambio entró en vigor el 6 de octubre de 1867, cuando el territorio fue adquirido por Estados Unidos a Rusia. En este último país aún regía el calendario juliano; de hecho, la Revolución de octubre de 1917 se produjo en noviembre!! para los países occidentales, ya que Rusia no cambiaría de sistema hasta el 31 de enero de 1918 (eliminaría 13 días).


Revolución de octubre de 1917 (Lenin)

Hasta 1923 era frecuente que los documentos reflejaran dos fechas diferentes.

Hoy el calendario gregoriano rige en la mayor parte del mundo, aunque las iglesias cristianas ortodoxas continúan fieles al calendario juliano.

Aún no está el tema resuelto. Ni sabemos cómo acabará. Cuatrocientos años después amenaza con venirse abajo el sistema del calendario gregoriano...

La ciencia ha progresado, los relojes atómicos pueden medir el tiempo con una precisión tal que se produciría un error de un segundo cada 15 mil millones de años. Con medidas del tiempo tan espectacularmente precisas, un exceso de 26 segundos anuales se hace de nuevo intolerable. George Szpiro propone un ajuste más, eliminar el día extra de febrero cada octavo año bisiesto no bisiesto bisiesto, de manera que cada 3200 años, el mes de febrero tendría de nuevo 28 días; sería el último ajuste, y esos años serían bisiestos no bisiestos bisiestos no bisiestos... El año duraría una media de 365,242188 días. El primer año de este tipo sería el 4400.

Con este hipotético nuevo ajuste, la duración media del año sería ahora un segundo más corta, que se convertiría en un día, después de 86400 años. Es una imprecisión que hasta los religiosos y matemáticos más puntillosos podrían soportar.


Fuente texto: La vida secreta de los números (autor George Szpiro)

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